Aunque ya hemos comentado esta
decisión del Ministro Paredes que intenta “disminuir” la tasa de accidentes y
muertes por un camino equivocado y como consecuencia de un artículo del
periodista Aldo Mariátegui sobre el mismo tema que aparece el día de hoy en el
diario El Comercio, hemos creído conveniente volver a publicar un artículo
nuestro de fecha 18 de agosto del 2013 y que se tituló “EL PROBLEMA DE QUE UN DELITO OPAQUE A OTRO
MAS GRAVE”. Si no puede bajar el artículo haga clic en el siguiente
enlace URL:
¿Por qué lo hacemos? Pues por que
nuestro artículo, hasta la fecha, fue leído por 55 personas así que
aprovecharemos el jale que tiene el periodista Mariátegui para ver si animamos
a que más interesados lean nuestro artículo que pronto cumplirá un año.
A continuación el artículo del
periodista Aldo Mariátegui.
Diario El Comercio del DOMINGO
27 DE ABRIL DEL 2014 | 09:53
"Paredes intenta matar
moscas con sillas", por Aldo Mariátegui
"¿Saben ustedes cuál es el límite en un país
tan maniático con el tránsito como EE.UU.? 0,8"
Imaginemos
que Nadine, que pesará unos 50 kilos, va a un evento sola y
se toma un pisco sour por cortesía. No liba más ni come nada. Sale, maneja su
auto y a unas cuadras se le empotra una Orión. Viene la policía y arrojará más de 0,5. Nadine
no está ni remotamente beoda ni inhabilitada físicamente para conducir. Nadine
no causó el accidente. Nadine salió con un índice mayor porque su metabolismo
femenino procesa más lentamente el alcohol. Sin embargo, Nadine para el ministro Carlos Paredes será una ebria peligrosa y le
suspenderá el brevete por… ¡el resto de su vida! (y por tres años si no hubo
accidente).
¿Le
parece normal que se apliquen medidas tan extremas? ¿No es una histérica
sobrerreacción populista de Paredes para responder a las barbaridades de Orión
y quedar bien ante Ollanta? ¿Es normal que el Estado te quite tu derecho a
conducir por el resto de tu vida (con ese criterio se aplicaría cadena perpetua
inmediata a todo criminal) o que coacte tu libertad de movimiento por tres
largos años por una infracción sin daños a nadie? ¿Esto generará más bien una
escalada en la corrupción, dado que vamos a tener al frente a un policía que
sabe del tremendo poder que tiene entre manos y a un conductor dispuesto a todo
con tal de no perder su licencia para siempre o por más de mil días?.
Y vamos al origen del asunto: el culpable de que se aplique esta
lógica tan peruana de usar sanciones tan extremas partiendo de límites tan
bajos es el ministro aprista Enrique Cornejo, un genio al que se le ocurrió bajar el
límite de un razonable 0,75 a 0,5. ¿Saben ustedes cuál es el límite en un país
tan maniático con el tránsito como EE.UU.? 0,8, tal como en sus vecinos México
y Canadá (y la primera vez que te detectan manejando en Canadá sobre ese límite
te suspenden el brevete un año, no tres). Salvo El Salvador, en toda
Centroamérica varía entre 0,8 y 0,75. Pero como Cretinoamérica se vuelve más
cretina conforme se baja en el mapa, en esta zona (salvo en los
sorprendentemente cuerdos Ecuador y Bolivia) comienza la demencia: En Brasil,
Colombia y Chile prohíben absolutamente la ingesta de alcohol al manejar –lo
que ha disparado la corrupción policial y deshecho los negocios nocturnos–,
algo irreal que casi no se ve en el resto de Occidente (pero aun en Chile solo
te suspenden el brevete por un año a la primera, no tres o para siempre) y que
convierte a cualquier ciudadano en un criminal por una tontera.
Mi
favorito es Nueva Zelanda: tolerancia 0 para pilotos menores de 20 años (que
son los que más chocan con alcohol) y 0,8 para los mayores, ambas con multas y
suspensión de brevete por un semestre a la primera. Eso es lo razonable.