viernes, 13 de noviembre de 2009

Reducen límite de alcohol a choferes - Diario La República

A raíz de las abusivas medidas impuestas nada menos que por el congreso de la República para todos aquellos que conducen bajo los efectos del alcohol y con la intención de reducir drásticamente la cantidad de accidentes de tránsito vehicular, nos vemos obligados a comentar por lo menos uno de los tantos artículos publicados por los diarios capitalinos. Esta vez hemos escogido la noticia propalada por el diario LA REPUBLICA.





Artículo publicado en color negro con fondo gris, nuestros comentarios en azul y otros artículos de terceros en color granate.

Reducen límite de alcohol a choferes

En el Congreso.
De 0.5 a 0.25 gramos por litro de sangre. Medida es para los choferes del transporte público, de personas o de mercancías. Habrá penas por resistirse a dosaje etílico.

Vemos pues que los congresistas acaban de descubrir que las pulgas se van volviendo sordas cuando les comienzan a cortar las patas y como consecuencia de ello se impondrán ahora multas abusivas y la verdadera razón de la congestión caótica y de la alta tasa de accidentes de tránsito, quedará oculta por enésima vez. Un voto de aplauso para esos señores que quieren destruirnos el cerebro a costa de informalidades y atropellos.

Redacción. La República.

Si va a tomarse un trago antes de conducir, piénselo, pues las sanciones no solo existen sino que se han endurecido. El Pleno del Congreso aprobó ayer el proyecto de ley por el que se reduce la tasa de alcoholemia de 0.5 a 0.25 gramos por litro de sangre para los choferes del transporte público de pasajeros o de mercancías.

En lo que si estamos seguros es que con esta medida abusiva se va a lograr reducir el consumo de alcohol y claro, habrá más motivos para que en un accidente donde el verdadero culpable es el agresivo chofer de un vehículo de transporte público, pase a ser la inocente víctima por que el chofer del auto particular tiene unos cuantos gramos de alcohol en la sangre, y será acusado por “conducir en estado de ebriedad”.

Habrán otras razones que contribuyan a ello puesto que los policías saben que los transportistas no pagan sus multas mientras que los particulares son más fáciles de convencer y atacarán al punto más débil.

Con esta reducción a la mitad del límite permitido de alcohol en sangre se pretende disminuir los accidentes de tránsito en el país, según sustentó el congresista Rolando Sousa. El parlamentario señaló que la tercera causa de muerte de los peruanos es por accidentes de tránsito provocados por conducir en estado de ebriedad.

Hubiese sido muy interesante que el congresista Rolando Souza indique cuales son las dos primeras causas de muerte de los peruanos y que indique también en cuantos accidentes de tránsito están involucrados choferes del transporte público en estado de ebriedad (consideramos que deben ser muy pocos) y en cuantos de ellos están involucrados choferes del transporte público, verdaderos culpables del accidente pero sin trazos de haber consumido alcohol pero por el hecho de que la otra parte sí indicaba consumo de alcohol, pasó a ser el “verdadero” culpable.

Un chop en vez de dos

Se trata de una modificación del artículo 274 del Código Procesal Penal, mediante la cual se modifican y aumentan artículos referidos a las sanciones por conducir ebrio. De ese modo, las sanciones van desde 140 jornadas de trabajo comunitario, inhabilitación o una pena privativa de libertad de entre 1 y 3 años por conducir bajo los efectos del alcohol.

Todo da a entender que los borrachitos habían evaluado el valor de las multas anteriores y dicho “Si me pescan conduciendo así, puedo pagar esa multa, no hay problema”. Lo verdaderamente cierto, como ya lo dijimos, es que el número de borrachitos conduciendo disminuirá pero la tasa de accidentes continuará siendo elevada por que la mayor causa de accidentes proviene del manejo abusivo de los choferes del transporte público urbano. ¿Cuanto tiempo tendrá que pasar para que los congresistas se den cuenta que al ir cortando las patitas a las pulgas, éstas irán dejando de saltar?

Por otra parte, para quienes conduzcan bajo el efecto de estupefacientes la pena será de entre seis meses y dos años de pena privativa de libertad.

A estas alturas nos preguntamos. ¿Que están buscando los señores congresistas? ¿Penas para los que consumen alcohol y drogas o disminuir la tasa de accidentes de tránsito?

Durante el debate, el congresista Sousa dio a conocer los niveles de alcoholemia de distintos países, por ejemplo en Argentina el límite permitido es de 0.5gr/L, en Chile es 1.0, en Brasil es 0, en México 0.8 y en Colombia 0.4. En Europa el promedio es de 0.5, dijo.

Estamos seguros de que en ese debate no se tomó en cuenta la tasa de accidentes en donde no está involucrado el consumo de alcohol, ya que la incidencia de accidentes por esto último es tremendamente dependiente de la fluidez con que se maneja. En otras palabras, sabido es que el que maneja en estado ligero de ebriedad, pierde reflejos y puede actuar en forma errónea en caso que tenga que actuar rápidamente para evitar un accidente pero si está conduciendo en una ciudad donde no hay transporte público informal, como el de Lima, las ocasiones de imprevistos causantes de accidentes son mínimas. Por ello es que en Lima las tasas de accidentes con presencia de alcohol en la sangre son altas pero, de hecho, no son las verdaderas causantes de los mismos. La alta tasa de accidentes se deben al hecho de que los choferes del transporte público urbano son los dueños del dinero recaudado y por eso luchan con otras unidades, incluso de su misma línea, para ganarse los pasajeros. Esta es también la razón principal para no respetar los paraderos.

¿Que pasa con los señores congresistas? ¿Tendremos que esperar que la tasa permisible de alcohol en la sangre impuesta sea cero, como en Brasil y con multas que tripliquen la tasa actual, para que se den cuenta finalmente que están por el camino equivocado y recién recapaciten que deben formalizar al transporte público urbano para poder disminuir la tasa alarmante de accidentes y poder disminuir la congestión caótica vehicular que muestra a diario miles de buses circulando casi vacíos por el centro de la capital?

Si se resiste al dosaje
De otro lado, la Comisión de Justicia del Congreso, presidida por Sousa, tipificará como delito de “Resistencia o desobediencia a la autoridad” el hecho de que el conductor se resista a la prueba de alcoholemia o dosaje etílico, de sangre o de otros fluidos corporales para descartar su estado de ebriedad. Esto será penado con hasta tres años de prisión efectiva.

¡Hasta los borrachitos se sienten agredidos con esta medida injusta! Nos parece que no había razón para aumentar la multa abusivamente por el hecho de dismiuir la tasa máxima permisible. O uno o lo otro pero no las dos. En especial por que estamos seguros que están por el sendero equivocado si lo que quieren es disminuir la tasa de accidentes en el centro de la capital.

Si se producen lesiones
Además, si se producen lesiones culposas, esto es, si hay víctimas producto de conducir un vehículo en estado de ebriedad o bajo el efecto de estupefacientes, se sancionará con pena privativa de libertad no menor de cuatro años ni mayor de seis.

Y ojo para los jóvenes que crean que se les atenuará la sanción. El Pleno del Congreso acordó que no habrá reducción de pena para jóvenes de 18 a 21 años  –como indica la ley en algunos casos– si estos incurren en reincidencia.

A estas alturas parece que un gran porcentaje de los que conducimos, lo hacemos en estado de ebriedad. ¿Tan borrachos somos los peruanos?

Claves

En cifras. La mayor causa de accidentes de tránsito (29%) se debe a la excesiva velocidad, el 26% a la imprudencia del conductor. Sousa también sostuvo que el nivel de 0.5 gr/l aumenta por 3 el riesgo de accidentes, el 0.8 por 10 y el 1.2 por 35.

Aumento.
En el 2008 se produjeron 6 mil 177 accidentes de tránsito, con   891 fallecidos y cinco mil 200 heridos.

¿Y en cuantos de ellos estuvo el alcohol involucrado?

¡Vaya! ¿Y por que no dijo esto el señor periodista al comienzo de su artículo? En todo caso, conducir a velocidad es una imprudencia, lo cual hace que los accidentes por imprudencia sean 55%. Souza tiene que estar de acuerdo que si la tasa de accidentes se reduciese a cero, cero x 3 es cero. En otras palabras, con nivel  permisible de 05 gr/lt si la tasa de accidentes se redujese,  tendríamos que la disminución de accidentes por culpa del alcohol sería también 3 veces menos.

El diario El Comercio del Lunes, 26 de junio de 2006, publicó lo siguiente:
  
Asetum reconoce que competencia por pasajeros origina accidentes de tránsito
El presidente de la Asociación de Empresas del Transporte Urbano de Lima Metropolitana (Asetum), Omar Calderón, reconoció que la "tremenda" competencia por los pasajeros, que existe en el transporte público, es una de las causas de los accidentes de tránsito en la capital.

"Aceptamos la responsabilidad. Evidentemente esta competencia que hay en el transporte público origina los accidentes", dijo al ser consultado -según informa la agencia Andina- por las cifras de las compañías de seguro sobre caídas de pasajeros al subir o bajar de los vehículos.

La caída de pasajeros al subir o bajar de una combi, una couster o un ómnibus, a consecuencia de la imprudencia del conductor, constituye el 18% de las atenciones del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) en el sector del transporte público urbano, según la Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg).

¿Y que se hizo en aquella oportunidad? ¡Absolutamente nada!, ¿Que hicieron los señores del congreso? ¡NADA!

El día 12 de Agosto del 2007, o sea, más de un año después, El diario El Comercio indicó lo siguiente:

¿CÓMO ES EL CHOFER PERUANO?
El más peligroso es joven, trabaja 12 horas y ya causó un accidente.

Antisocial, irritable y agresivo. Así es el chofer peruano, protagonista del caótico y peligroso sistema de transporte y responsable del 72% de los accidentes en el país.

En ese mismo artículo también se indicó:

Hace un par de años, El Comercio difundió una investigación del doctor Carlos Ponce Díaz, profesor de psicología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quien ayudó a responder estas preguntas. Concluyó que el 40% de conductores del servicio público tenía rasgos psicópatas.

En contestación a ese párrafo se publicó en el portal www.creyna.com (en mantenimiento actualmente) un artículo haciendo ver al citado psiquiatra detalles que no había tenido en cuenta. A continuación dicho artículo.
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CHOFERES PSICOPATAS

Para ver el artículo que publicó el diario El Comercio el día domingo 12/08/07 haga clic aquí.

Nuestros comentarios fueron:

Por una parte, me da la impresión que la periodista Nelly Luna Amancio, autora de este artículo mezcla indebidamente un problema provincial aparentemente de bajo tráfico con el transporte público limeño donde prima el caos y el desorden y también, por que nó, la informalidad.

El primer caso que menciona es un problema neto de falta de profesionalismo de un chofer o del pésimo mantenimiento de un vehículo y que a consecuencia de un mal estado del camino, terminó en un grave accidente.

El caso limeño es lógicamente diferente  y por lo leído me hace recordar un artículo sarcástico que leí hace muchos años en un diario chileno debido a una propaganda que apareció en los coches del metro indicando que los huevos prolongaban la vida ya que muchos ancianos los consumían. El autor relató las incidencias de un investigador, ficticio por supuesto, que se propuso estudiar a la pulga. Observó que la pulga daba grandes saltos con mucha frecuencia. Luego, con bastante paciencia fue cortándole las patitas de a poco, observando cada vez los resultados. Después de cada corte el ordenaba “salta pulga”, ésta lo hacía cada vez con menos frecuencia  y saltaba menos. Finalmente llegó el momento en que la pulga ya no saltó. La conclusión del investigador fue que conforme se le cortaban las patitas a las pulgas éstas se volvían sordas.

Con el estudio del comportamiento de los choferes del transporte público probablemente está pasando algo parecido al salto de la pulga y su sordera. Hasta ahora no queremos entender que el problema es jerárquico estructural y el gran responsable es el Estado, desde que en el gobierno del presidente Fujimori se dispuso eliminar a todas las empresas formales y declaró la “desreglamentación total” en ese servicio.

Desde estas líneas, quiero invitar al doctor Carlos Ponce Díaz, quien tiene más fuerza que yo para publicar sus artículos en los diarios, para que se imagine primeramente que sueña ser un nuevo chofer de micro de una empresa actual de transporte público urbano y que le han indicado que el tiene que presentarse con su micro. Por ello, ha tenido que conseguirse uno de esos vehículos en alquiler con un pago diario de 120 soles. En la "empresa" le han dicho que el será el dueño de lo recaudado, teniendo únicamente que dar 10 soles diarios a ellos. Así opera actualmente el transporte público limeño.

En su imaginación, inicialmente honesta y justa, el decide cumplir con los paraderos y circular a una velocidad que no sea ni muy rápida ni muy lenta. El ve que la gente le hace señas para subir pero su honestidad le exige decir que vayan al paradero más próximo. Por el espejo retrovisor ve que la gente no le hace caso y sube a los buses que están detrás de él. Cuando llega a un verdadero paradero ve que hay solamente una persona y sube. Así se la pasa recogiendo solamente a la gente que está en los paraderos y tampoco permite que la gente baje en cualquier sitio y nota el malestar de ellos, que ya están acostumbrados a la informalidad.

Cuando termina el día de trabajo, que tendrá que ser de 16 horas o la mitad a condición que él subarriende el bus a otra persona pero bajo su responsabilidad; ve con tristeza que solamente ha recaudado la tercera parte del dinero necesario. Piensa que si sigue así el negocio le saldrá mal. Tiene dos alternativas: retirarse de ese negocio u olvidarse de sus prejuicios de gente honesta y hacer lo mismo que el resto. Después de todo, el dinero recaudado será de él. Decide escoger lo segundo puesto que ha estado más de dos años sin trabajo y se convierte en un chofer más dentro de ese 40% de mundo salvaje y psicopático. Operando así logra conseguir el dinero para pagar todas sus obligaciones pero su personalidad ha cambiado o quizá su verdadera personalidad ha salido a flote por que las circunstancias se lo permiten. Hace carreras para ganarse a los pasajeros y se detiene violentamente cerrando a sus competidores cuando hay pasajeros a la vista. A veces, sus maniobras culminan en un accidente, pero no le importa por que después de todo el bus no es de él, está asegurado y la papeleta se la ponen al bus., o sea, a su dueño. Muchas veces el dueño es influyente y logra que su bus opere sin pagar la multa. Han habido casos de buses con 200 multas sin pagar, quizá por que sus dueños eran policías o jueces. En el centro de la capital observa que muchas líneas tienen el mismo recorrido y eso ocasiona una congestión tremenda pero tiene que resignarse a ellos.  El no solamente se pelea con buses de otras líneas sino también con buses de su propia líneas. Todos los días regresa a casa malhumorado y tremendamente agotado.

Ahora le pido al doctor que sueñe lo mismo pero antes de la desreglamentación total (o después de ella, cuando se den cuenta de lo malo de la informalidad existente) y estando en la misma situación, sin trabajo por dos años,  se le ofrece la posibilidad de ser chofer de un bus pero esta vez todos los choferes ganan sueldo fijo, trabajan solamente 9 horas, hay dos turnos de trabajo, la empresa es la dueña de los buses y/o la responsable de su alquiler y mantenimiento.

Sale a trabajar el primer día y ve con sorpresa que la gente está en los paraderos esperando su bus. El no ha tenido la oportunidad de ver ese gran cambio por que de hecho, al principio la gente quiso tomar los buses en cualquier sitio pero ahora el sueldo del chofer no está relacionado a la gente que sube a su bus y justamente por ello, ya no le gusta tomar pasajeros en cualquier sitio por que eso cansa. Ya no hay tantos buses en las avenidas del centro de Lima por que ya no hay tantas líneas. Ya no hay tanta congestión ni tantas peleas y todas las líneas de esa avenida pertenecen a una sola empresa. El chofer, que es usted, sigue quizá siendo un psicopático por que eso no se cambia pero esa actividad no le da la oportunidad de demostrarlo y gracias a Dios, se comporta como gente civilizada y de buen carácter.

En resumen, podríamos decir quizá con más precisión, que cerca del 40 % de los ciudadanos limeños son psicopáticos y solo basta darles la oportunidad para que ellos lo demuestren. Si quiere ver como es la personalidad de alguien en particular, simplemente dígale que maneje y obsérvelo.

A propósito, gran cantidad de conductores tienen el “Síndrome del hueco” (así lo llamo yo). Cuando las vías expresas o avenidas con muchos carriles están un poco congestionadas, uno no puede mantener la distancia de seguridad con el vehículo que va delante por que de hecho uno de los dos vecinos lo invadirá de inmediato pensando que así avanzará más rápido. Junto con mi señora nos tomamos el trabajo de dejar un hueco y observar al auto que lo ocupó. Continuamente fue cambiando de un carril a otro, o más adelante, o más atrás de nosotros, por que a veces se quedaba. Nosotros nos hicimos la firme promesa de no cambiar de carril. Al final del trayecto de unos tres Km, estábamos iguales pero las maniobras que hizo el otro auto zigzagueando todo el camino, bien pudieron ocasionar un accidente y la culpa se la echarán al de atrás.

Es francamente alarmante que la gente no sepa la finalidad de las dobles líneas punteadas y sólidas por que continuamente se viola esta disposición y cuando hay patrulleros en la zona, ni cuenta se dan de ello. En la vía expresa de Javier Prado hay trazos de líneas dobles que francamente son una burla. Creo que no tienen ni 20 metros de longitud y hay líneas en algunas vías en sitios que no deben haber pero como faltan donde éstas deben estar, llegamos a la conclusión que los errores figuran en los planos de pintado de la ruta. Indudablemente un error que viene cometiéndose desde hace más de 40 años.

El transporte interprovincial es otro caso. Todas las empresas se han caracterizado por ser las dueñas de sus vehículos y los choferes ganar sueldo fijo pero parece que recientemente han aparecido empresas o buses clandestinos donde quizá el chofer sea también el dueño de lo recaudado. Esta informalidad no ocasiona tantos trastornos ahora como en el centro de Lima pero se caracteriza por recoger pasajeros en ruta, a veces sobrellenando el bus y otras exponiéndose a asaltos.

En alguna parte del artículo se menciona que los problemas familiares interfieren negativamente en la actitud de los choferes. Pienso que eso es al revés, La actitud de violencia y desafío que muestra el chofer del transporte público en su trabajo, de hecho informal, a la larga ocasionará trastornos en su hogar.

Con respecto a la observación de Cidatt podríamos decir que en el mundo informal del transporte público no hay tregua de nada. No se respeta ni las reglas ni a los policías y a veces se les arremete el vehículo. No pagan ninguna papeleta por que siempre hay personas influyentes en el problema, especialmente en la propiedad de los vehículos, que bien podrían ser abogados, médicos, jueces, gente de la fuerza armada o policial e incluso de algún municipio. Ellos trabajan entre bastidores y casi nadie los conoce. La velocidad de los vehículos es función del número de usuarios esperando y de la distancia al bus que va adelante, información esta que se la pasa el datero.

Antes de terminar quiero manifestar que los reyes del zigzagueo son los propios vehículos del transporte público y a veces tienen la frescura de viajar en medio de dos carriles, con las luces de emergencia encendidas, sin que por ello llame la atención de la policía y se le aplique una multa ejemplar con detención del vehículo de inmediato, cosa que no afectará al usuario del centro de la capital ya que hay exceso de buses ahí. Es una lástima que esos policías no sean tan drásticos.

Carlos Reyna Arimborgo
creyna@telefonica.net.pe
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Medidas y efectos

0.25 gramos/litro de sangre es el límite aprobado ahora por el Congreso de la República. Equivale a un chop de cerveza.

0.50 gr./l de sangre equivale a 2 copas y media de vino. Genera euforia y aumenta tiempo de reacción.

0.80 gr./l de sangre. Equivale a cuatro copas de vino. Genera perturbación del comportamiento.

1.20 gr./l. de sangre. Equivale a 6 copas de vino. Genera fatiga intensa y pérdida de la visión periférica.

1.50 gr/l. de sangre. Equivale a siete copas y media de vino. Su efecto es la embriaguez notoria.

2 chops de cerveza es igual a 2 vasos y medio de vino, igual a 2 vasos de whisky.

70 kg tendría la persona a quien correspondería esos valores.

No estamos de acuerdo con las equivalencias al tomar tragos distintos pero eso no tiene mayor relevancia por que el que toma sabe cual es la fuerza alcohólica de cada licor.

CONCLUSIONES
Si la verdadera razón del pleno del congreso es la de reducir drásticamente la alta tasa de accidentes vehiculares, entonces le pedimos a estos señores que estudien concienzudamente las consecuencias de permitir que los choferes del transporte público urbano sean dueños del dinero recaudado.

Si también están interesados en reducir drásticamente la cantidad abismal de buses que circulan por el centro de Lima, entonces también es conveniente que estudien la forma como se establecen las diferentes líneas de buses que autoriza el MML. simplemente hay que prohibir la asignación de rutas y permitir en su lugar la asignación de zonas de operación. Con esta medida no solamente se eliminará la desleal competencia que hay entre buses, sino que se dará inicio a la tan esperada estructura jerárquica de operación.

Carlos Reyna Arimborgo
creyna@telefonica.net.pe

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